¿Qué hay detrás del amor?
El cine como responsable de nuestro imaginario amoroso nos debe una respuesta.
Nosotras ya tenemos las cabritas, ahora les toca a ustedes... PLAY
lunes, 5 de febrero de 2018
Pronto cumpliremos un año de vida y lo queremos celebrar publicando una breve columna de tu autoría sobre tu película romántica favorita!!! La columna elegida no sólo será publicada con su respectiva ilustración, sino que ganará un pack De amor y cabritas (3dvd, un fanzine de Minibeca y otros) ¿CÓMO CONCURSAR? 1) Coloca "me gusta" al fan page de @Deamorycabritas 2) Elige una de tus películas románticas favoritas. 3) Escribe una breve columna sobre ella. 4) Publícala bajo este post en comentario!!! RESULTADOS 14 DE FEBRERO!!! Luego más sorpresas :)
-Pero en realidad nos
hicimos amigos cuando ofrecí la pieza de mi depto. en arriendo y llegaste a
vivir a él.
-Sí, viví allí por dos
o tres años.
-Luego te fuiste a
vivir al primer piso. Éramos buenos amigos.
-Lo éramos.
-…Un día nos besamos.
¿Es posible que las historias de amor
comiencen cuando se termina la amistad? ¿O la amistad de por sí trae siempre
consigo una dosis de amor a punto de bullir? El tema de la amistad entre hombre
y mujer puede llevarnos a una discusión interminable. Por mi parte, creo que
todo es relativo. Evidentemente eso de la amistad entre cualquier sexo puede
llevar a confusiones inevitables, sin embargo, pasada la tensión sexual la
amistad puede llevarnos a alianzas eternas. Hay casos en donde todo se cofunde
y claro, hay también algunos, donde el happy
end es inevitable, tal como les sucedió a Harry (Billy Crystal) y Sally
(Meg Ryan), en tanto, hay otros -como es mi caso- que pueden terminar en el más
absoluto desastre. De allí provienen mis pulsiones contradictorias hacia la
película dirigida por Rob Reiner y escrita magistralmente por Nora Ephron.
El film nos muestra la historia de Harry Y
Sally, su evolución en el tiempo, un camino que va desde el odio, a la amistad,
al amor. Entre ágiles discusiones y cierta reminiscencia a las películas de
Woody Allen, tanto el director como la guionista saben cómo exponer la
evolución de dos personajes complejos. La música, por su parte, ambienta ese
New York que tantas postales nos muestran, mientras nos hace soñar que
efectivamente historias como la de Sally y Harry son posibles. Dicho lo
anterior, puedo declarar que amo la película por todas las cualidades
mencionadas, pero a la vez me frustra terriblemente. Es imposible no frustrarse
con tantos happy end en las películas
de Ephron, en especial si se ha tenido un historial nefasto.
Las historias reales – o al menos la mía- siempre llevan a decepciones
detestables. Nada es tan sepia o rosado como cualquier película que hable de
amor. Me explico: también tuve un amigo, pero esta narración no tiene nada de
romántico o épico. Mi historia es muy distinta, plagadas de encuentros
silenciosos, orgasmos sinceros y otros fingidos tan bien como los de Sally. De
conversaciones eternas sobre qué es lo que hace o no mejor una película
romántica -ironía del destino-. De risas, licor, discusiones, nuevamente discusiones
y decepciones. Tal como Harry y Sally nos contábamos prácticamente todo: con
quienes ligábamos, sus defectos y cualidades como amantes, y esos miles de etc.
que sólo se las cuentas a las personas de extrema confianza. Sin embargo, tal
como le sucedió a Sally el primer beso quebró todo, y después de la primera
noche, él se fue a lo Harry, despidiéndose con un beso en la frente. Hasta ahí,
la trama se asemeja, pero aquí viene la gran diferencia, nadie me fue a buscar
una noche de año nuevo, ni este, ni el pasado, ni el antepasado. Nadie ha ido a
buscarme cualquier noche para darme una explicación. Si hubiese sido la
situación un encuentro casual lo entendería, pero sin querer mi evolución (si
se puede llamar así) fue pasar de amiga a amante, y esto por años. No logré
establecer el límite que Sally sí le puso a Harry. Más bien, tuve la extraña
reacción de crear en mi cabeza un guion a lo Ephron, el que develaba lo
inevitable: la imposibilidad de restaurar las cosas. La amistad ya estaba
arruinada y sobre el amor, es mejor no hablar.
Ahora que lo pienso mejor, creo que más allá
de mi historia o la trama que cualquiera puede contarnos sobre el amor y la
amistad, me quedo con la idea de que éste a veces se encuentra en el lugar
menos pensado. Como los amigos de Harry y Sally, que esperando conocer al amigo
del otro, terminaron por encontrarse enamorándose entre ellos. Casualidad, tal
vez, pero ¿acaso el amor no se encuentra en las situaciones más cotidianas y
ordinarias? No lo sé, y respecto a la amistad entre amigos quizás sólo resulte
cuando la amistad desaparece porque esta nunca hubo el honesto intento de que
existiera. Podría especular eternamente sobre cómo funciona el asunto, pero no
vale la pena. Quizás lo único que queda es creer que la amistad se recupera y
que el amor llegará de con otro envoltorio a escribir el mejor capítulo de tu
vida. Nuevamente no lo sé… al menos, eso quiero creer hoy.
Año: 1989
Duración:96 min.
País: Estados Unidos Estados Unidos
Dirección: Rob Reiner
Guion: Nora Ephron
Música: Marc Shaiman
Fotografía: Barry Sonnenfeld
Reparto: Meg Ryan, Billy Crystal, Carrie Fisher, Bruno Kirby, Steven Ford, Lisa Jane Persky, Michelle Nicastro, Gretchen Palmer, Robert Alan Beuth
Productora: Castle Rock Entertainment / Nelson Entertainment
Sinopsis: Harry Burns (Billy Cristal) y Sally Albright (Meg Ryan) son dos estudiantes universitarios que se conocen por casualidad, cuando ella se ofrece a llevar Harry en su coche. Durante el viaje hablan sobre la amistad entre personas de diferente sexo y sus opiniones son absolutamente divergentes: mientras que Harry está convencido de que la amistad entre un hombre y una mujer es imposible, Sally cree lo contrario. A pesar de ello, pasan los años y su relación continúa. (FILMAFFINITY)
"El mundo está lleno de
miles de cosas que podrían hacernos felices. Pero, ¿lo somos? No. Afirmo que
no. Garantizo que no. Aseguro que no. (...) Personas menudas tienen la cara
larga, y personas altas menuda cara tienen. Hay gente grande con poco humor y gente
pequeña sin ninguno”
“Estoy cantando bajo la lluvia… el sol está
en mi corazón, y yo estoy preparado para el amor”, expresa el actor de cine
mudo Don Lockwood (Gene Kelly), luego de besar a la actriz de teatro Kathy
Selden (Debbie Reynolds). El amor cubre la pantalla y así, a pesar de la
oscuridad de las calles se aprecia la escena más alegre de toda la película. Incluso
la cámara se abre para para sumarse al baile, ampliando los planos, demostrando
la nueva libertad del personaje, quien no para de cantar y bailar, porque hay
cosas que las palabras dichas simplemente no alcanzan.
Cantando
bajo la lluvia, no es sólo
un tributo al cine, sino que también una película sobre amor, una que cree en él
y en su posibilidad de sobrellevar cualquier dificultad. El film dirigido
magistralmente por el propio Gene Kelly y Stanley Donen, nos cuenta los cambios
que vivió el cine tras la llegada del sonido, mientras nos relata la carrera de
Don, quien junto a su amigo Cosmo Brown (Donald O'Connor) logran llegar al
stars system tras un largo camino. Don se ha convertido en un gran actor de
cine mudo, mientras Cosmo musicaliza las películas. Para ello, el primero finge
una relación con su coprotagonista Lina Lamont (Jean Hagen) por publicidad,
quien con una excelente actuación se convierte en la antagonista de la historia.
En ese contexto y luego de su último estreno,
Don conoce a Kathy quien crítica al cine mudo y sus grandilocuentes gestos, que
nada tienen que ver con la realidad, seduciendo con sus palabras a Don. Esa
misma noche les sería a todos revelado la factibilidad de realizar cine sonoro,
lo que revoluciona la trama y cambia la perspectiva de los personajes. Una
nueva manera de mirar la realidad se abría paso en Hollywood y nadie quedaría
impávido. De esta manera, se ven obligado a repensar una de sus últimas
películas convirtiéndola en un musical y remplazando la hilarante voz de Lina
por el de Kathy. A través de esta estrategia la película nos muestra lo falso
que puede ser Hollywood y lo fácil que podemos caer en sus patrañas, porque
aparentemente las queremos y necesitamos ¿Acaso no es el público que aspira la
prolongación de la relación de Lina y Don a en la vida real? Pero las cosas no
suceden exactamente como en las películas, siempre hay un backstage que
sobrepasa la apariencia para encontrarse con el más puro amor, aquel que
efectivamente el cine evoca, pero no siempre logra plasmar.
Cantando
bajo la lluvia, de esta
manera es una apología al optimismo y un reclamo contra la apariencia, mostrándonos
al mismo tiempo que todo cambio puede ser mejor, especialmente el producido por
el amor. Pero el film no te habla de un sentimiento cualquiera, sino de aquél
con el que chocas por accidente, en el que sin importar las contradicciones no
dejas de sentirte atraído por él o por ella, porque una especie de
predestinación se ha manifestado entre estas almas.
Honestamente, no sé si realmente
creo en el amor de esta manera, como si fuese un hechizo que me hará cantar minutos
después en un set para declarar mi amor eterno al otro. Sería lindo creerlo,
pero ya es tarde, estoy rota o tal vez no tanto, simplemente soy lo
suficientemente lista para entender que el amor es mucho más complicado de lo
que nos muestran los antiguos musicales, aunque no niego que siempre habrá un
sentimiento de nostalgia por creer, creer que el amor existe como un sino
irrevocable del que no puedes escapar, pero no hablo de un sino trágico más
bien de aquél que redime y te hace cantar bajo la lluvia sin importar nada más
a tu alrededor, porque esa lluvia fue hecha para ti, fue hecha por los dioses.
Título original: Singin' in the Rain
Año: 1952
Duración: 102 min.
País: Estados Unidos Estados Unidos
Director: Stanley Donen, Gene Kelly
Guion: Betty Comden, Adolph Green
Música: Nacio Herb Brown, Arthur Freed
Fotografía: Harold Rosson, John Alton
Reparto: Gene Kelly, Donald O'Connor, Debbie Reynolds, Jean Hagen, Millard Mitchell, Cyd Charisse, Rita Moreno, Douglas Fowley
Productora:MGM.
Productor: Arthur Freed
Género:Musical. Comedia. Romance | Cine dentro del cine. Años 20. Baile. Sátira
Sinopsis: Antes de conocer a la aspirante a actriz Kathy Selden (Debbie Reynolds), el ídolo del cine mudo Don Lockwood (Gene Kelly) pensaba que lo tenía todo: fama, fortuna y éxito. Pero, cuando la conoce, se da cuenta de que ella es lo que realmente faltaba en su vida. Con el nacimiento del cine sonoro, Don quiere filmar musicales con Kathy, pero entre ambos se interpone la reina del cine mudo Lina Lamont (Jean Hagen). (FILMAFFINITY)
“¿Sabes lo que te pasa? no
tienes valor, tienes miedo, miedo de enfrentarte contigo misma y decir está
bien, la vida es una realidad, las personas se pertenecen las unas a las otras
porque es la única forma de conseguir la verdadera felicidad. Tú te consideras
un espíritu libre, un ser salvaje y te asusta la idea de que alguien pueda
meterte en una jaula. Bueno nena, ya estás en una jaula, tu misma la has
construido y en ella seguirás vayas a donde vayas, porque no importa donde
huyas, siempre acabarás tropezando contigo misma.”
Se recomienda escuchar luego
de leer uno de los clásicos del cine
No
puedo negar que hablar de esta película me pone algo nerviosa, tropezar con un
clásico, te hace pensar que cualquier historia adyacente podría terminar por
faltar el respeto a la obra principal. Pese a ello lo intentaré, por un lado, porque
no se puede tener un blog que hable de historias de amor sin referir a Desayuno con Diamantes, por otro, porque
si bien no tengo una vida similar a la de Holly, con el glamour de Holly, sí sé
y puedo escribir sobre los días rojos, de aquellos donde “uno tiene miedo y no
sabe por qué”.
La
película de Blake Edwards, basada en la novela homónima de Truman Capote, trata
de Holly Golightly (Audrey Hepburn), una joven que alguna vez aspiró a ser
actriz, pero que ha devenido, como lo insinúa el director, a scort. Es quizás
este uno de los personajes más carismáticos de la actriz, quien nos hace
empatizar con una mujer frívola y profundamente dañada. Holly posee un carácter
complejo, disfruta de la buena vida, pero al mismo tiempo vive en
circunstancias “precarias”, señalando que no comprará muebles, ni le pondrá
nombre a su gato hasta que tenga la certeza que pertenece a algún lugar. Su
vida trata por sobre todo de huir de los días rojos, aquellos que van más allá
de la simple decepción y nostalgia, de aquellos en que se necesita urgentemente
algo de mediana estabilidad para volver a la paz, lo que Holly simboliza en la
joyería Tiffany’s. Así, arisca como su propio gato, vemos a Holly intentando
incesantemente huir. Cual Madame Bovary no soporta la realidad realista y
prefiere sumergirse en vestidos Givenchy y champagne, creando un melodrama que
la sobrepasa en más de un sentido.
Asumiendo
este cuadro, el film comienza gracias al encuentro entre ella y Paul Varjack
(George Peppard), un escritor mantenido por una mujer casada y que no ha
escrito en años. Ambos se conocen gracias a la llegada de Paul al edificio de
Holly, empezando una relación de cooperación mutua, empujados por la semejanza
que ven entre ambas historias. Sin embargo, la relación se topa con un gran
problema, el miedo de Holly a quedarse encerrada en una jaula de la que no
podrá salir.
Aquí
emergen los días rojos de los que ya hablé, cubiertos de fastuosos vestidos y
colores extraordinarios. Imagen y traman se contraponen para dejar un velo de
melancolía amarga en cada uno de sus encuadres, esto pese a la insistencia de
mostrar a New York como una ciudad suficientemente enorme para ser libre o en
su defecto, suficientemente enorme para sentirse solo. Paisaje que me conmueve
profundamente y que me lleva a cantar Moon
the river sentada en mi terraza, mientras pienso en todas las veces que me
he sentido así y que he temido, de mí, de los otros, del otro, de ambos. Pienso
en las veces que no me arriesgué y paralizada me quedé mirando una vitrina
soñando en un mundo que probablemente no llegará. En las veces que hice una
fiesta y reuní las mejores flores, vistiéndome con la más sensual de las
sonrisas para tapar el enorme vacío que calaba mis huesos. Insatisfacción que
ni siquiera la promesa de un buen amor podría cubrir. Tal vez por eso he
elegido ser una amante, porque no soy capaz de enfrentar aquella realidad que
me mojará con la mejor de sus lluvias, pero esta vez no hablo de una lluvia que
te purifica para dar paso inmediatamente a un nuevo amor, hablo de aquella que
te deja desnuda y sin caretas, sin nadie a tu lado, sola en la intemperie, pero
con la posibilidad de que hoy o al menos por hoy vestiré con mi propia ropa,
alejando a los días rojos, avanzando sin grandes ornamentos, porque me basto y
me basta mi historia sin sobresalto, porque al menos esa es y será mi historia.
Título original: Breakfast at Tiffany's
Año: 1961
Duración: 115 min.
País: Estados Unidos Estados Unidos
Director: Blake Edwards
Guion: George Axelrod (Novela: Truman Capote)
Música: Henry Mancini
Fotografía: Franz Planer
Reparto: Audrey Hepburn, George Peppard, Patricia Neal, Buddy Ebsen, Martin Balsam, Mickey Rooney, José Luis de Vilallonga, John McGiver
Sinopsis: Holly Golightly es una bella joven neoyorquina que, aparentemente, lleva una vida fácil y alegre. Tiene un comportamiento bastante extravagante, por ejemplo, desayunar contemplando el escaparate de la lujosa joyería Tiffanys. Un día se muda a su mismo edificio Paul Varjak, un escritor que, mientras espera un éxito que nunca llega, vive a costa de una mujer madura.
Me gustaría que la vida se pareciera más a las
teleseries americanas, de ese modo, cuando las cosas se pusieran dramáticas,
podrías hacer un fundido en negro y dejar todo para otro momento.
Se recomienda escuchar Alex Turner - Stuck On The Puzzle
Al
amor le pertenecen los colores primarios, a su naturaleza se le deben todos los
otros tintes de esa mirada que llamamos realidad. Su estado esencial no
necesita de nomenclaturas, o se está en él o se está bajo del agua. Esto bien lo
sabe el director Richard Ayoade, quien narra la historia de Oliver Tate (Craig
Roberts), un adolescente enamorado de su compañera de curso, Jordana (Yasmin
Paige), quien perturbado por la eventual separación de sus padres, termina por
boicotear la que sería su primera relación romántica. El director, nos sumerge
en la historia como si fuera un gran videoclip, donde cada una de las canciones
hacen de ella algo más real, como bien le dice el padre al joven, cuando le regala un
casete que contiene la banda sonora que lo acompañará en este nuevo periodo de
su vida, la del primer amor. La música, de esta manera, nos habla como si fuera
otro personaje, se convierte en un narrador omnisciente que cuenta aquello que
los otros no logran pronunciar, es que no siempre se sabe claramente dónde se está y
qué se hace, o a las palabras les falta la música necesaria para dar cuenta de
aquello que sentimos.
Submarine, es pulsión y melancolía, en ella el amor se
enreda producto de su propio paso por el tiempo. Vemos cómo nace a través de los jóvenes, mientras pareciera desvanecerse en los adultos, para luego jugar a la inversa y encontrarse
en un punto donde los corazones se rinden para ingresar juntos al mar, sea lo
que sea que eso signifique.
La
película, si bien habla de una etapa que ahora me es lejana, el sentimiento no
lo es tanto, pero esta vez no me refiero al del amor más puro y esencial, como
aquel que se tiene a los quince años, sino a ese sentimiento azul abismante
como el agua del mar. No hablo de la orilla donde nos bañamos sin dificultad,
sino a esas millas de profundidad donde la vida no es posible. Porque al amar
demasiado, la caída pareciera ser un sino inevitable, y las razones para evitar
el suicidio total, suelen ser las mismas que impiden que este se realice. En este
sentido lo que es Jordana para Oliver, para mí fue M y alguien más. Entre cada
uno de ellos, me hundí, y caí en ese tiempo donde la perdida significa también que me
perderse. Sin embargo, sin saber nadar, ni respirar bajo el agua sobreviví, no
sé cómo, pero lo hice. Durante
ese periodo la filmación de mi vida sólo me comprometía en un fuera de campo,
nada pasaba dentro de ella, sino más allá de sus marcos, en aquel lugar donde
la mirada no es posible. Me pregunto si siempre de ese arrebatador rojo
hipnotizante del amor, deviene el azul profundo que se encuentra frente
a él. ¿Acaso, es posible amar sin transitar por ese diálogo entre colores?
Realmente no lo sé, sin embargo, puedo dar cuenta de esos dos lugares y de un
tercero, cuando se vuelve, cuando se posible jugar con las olas, jugar con
volver a sumergirte sin tener miedo, jugar a que en algún instante habrá
alguien más en esa película que hemos decido narrar y llamarla vida.
Productora: Coproducción Reino Unido-EEUU; Film4 / Film Agency for Wales / Red Hour Films
Género: Drama. Comedia. Romance | Comedia dramática. Adolescencia. Años 80
Sinopsis: Oliver Tate (Craig Roberts) es un peculiar chico de 15 años que tiene dos objetivos: impedir que su madre abandone a su padre y encontrarse a sí mismo aunque sea a través de una chica. (FILMAFFINITY)
Finalmente,
la tercera parte de la Trilogía Before
de Richard Linklater. Reconozco que este era un punto al que temía llegar. La
primera vez que vi la película fue para su estreno, mismo año que terminé una
de mis relaciones más significativas. Comprenderán que en ese momento cada paso
que daban los personajes por las ruinas de Grecia, significaba recordar las
de mi relación. Pasado los años, me doy cuenta de que esos vestigios que
me parecían la metáfora del ocaso de cualquier pareja, no son más que una marca
del tiempo, porque amar deja sus huellas y desde ahí se construye, desconstruye
o se destruye. Por lo tanto, lo que en ese instante pensé como el comienzo de
un final, ahora lo percibo como un momento más en la vida.
En
esta última entrega, Linklater, vuelve a demostrar que es un maestro del tiempo.
Con largos planos secuencias y elipsis perfectamente planeadas, logramos
reconocer en el camino que hacen Céline (Julie Delpy) y Jesse (Ethan Hawke) hacia
el hotel, un sino inevitable. Pues la Trilogía
Before, nos habla principalmente sobre el tiempo, de cómo éste nos pasa, pesa y
sucede. Si con Antes del amanecer el
romanticismo de Céline y Jesse nos hacía creer que todo podía ser posible, y si en Antes del atardecer, se reconsideran
esos fundamentos inventados en una noche mágica, alimentados por la nostalgia
de un sentimiento que no quieren extinguirse,en Antes de medianoche,
el amor deja ser un futuro, para mostrarse real, más allá del encantamiento de
un comienzo, más allá de las expectativas de un futuro perfecto. Y es esa
realidad la que decepciona a muchos y cala hasta los huesos. Porque tal como
dice Jesse casi al finalizar la película: “esta es la vida real, no es
perfecta, pero es real”. Pues tras esta trama inventada, emerge una vida con
todos sus vaivenes, una pareja en eterno equilibrio precario producto de la
cotidianidad y sus roces. Las postergaciones y culpas reprimidas en son de la
lucha por una familia que busca no desintegrarse. Tal como dije, el tiempo pasa, pesa y sucede, y no es en vano. Probablemente hay una esencia que permanece, pero
reitero, el mundo deja sus huellas y nos encontramos caminando sobre los
escombros de parte de nuestros sueños.
Bien sabe Céline de esto último, quien desde un principio se muestra derrotada,
al borde de aceptar un trabajo gubernamental que en otro momento de su vida
hubiese rechazado, mientras Jesse se lamenta no poder ser parte activa de la
vida de su hijo. De alguna manera, ambos al elegir permanecer juntos, dejaron un
mundo que les pesa. Sólo es necesario una noche a solas, romanticismo forzado,
para recordarles sus renuncias y los miles etc. que han descuidado, se caen las
máscaras y emerge la realidad. Ya no vemos a Céline del libro, sino la que se
ve obligada a firmar una novela que no le pertenece, un texto que le ha robado
su relato, su historia, su voz.
El
amor duele porque es real o demasiada realidad arruina ese gran concepto que es
el amor. Lo cierto, es que no es fácil amar y ser amado. No siempre se sabe si
se está al comienzo del ocaso o simplemente es un momento más.
Casi
en la mitad de la película Jesse y Céline se encuentran con una capilla
bizantina, la que le rinde tributo a la patrona de los ciegos. En ese instante
ya no hay vuelta atrás en la película, se encuentran a mitad de camino al
hotel, y deben volver a mirarse el uno al otro, quizás fue la santa, no lo sé,
pero ese anochecer estuvieron obligado a desnudarse y mirarse como no lo habían
hecho por años. A la luz de esto, me doy cuenta que si estuviese a punto de
comenzar una nueva relación, no quisiera quedar ciega, le rezaría a todos los santos
del mundo para que me permitieran ver, ver cuando es amor, resignación o
simplemente es el tiempo jugando con nuestras percepciones.
Título
original: Before Midnight
Año:
2013
Duración:
104 min.
País:
Estados Unidos Estados Unidos
Director:
Richard Linklater
Guion: Richard
Linklater, Julie Delpy, Ethan Hawke
Música:
Graham Reynolds
Fotografía:
Christos Voudouris
Reparto:
Julie Delpy, Ethan Hawke, Seamus Davey-Fitzpatrick, Jennifer Prior, Charlotte
Prior, Xenia Kalogeropoulou, Walter Lassally, Ariane Labed, Yannis Papadopoulos,
Athina Rachel Tsangari, Panos Koronis
Productora: Sony
Pictures Classic / Castle Rock Entertainment
Género:
Romance. Drama | Drama romántico. Secuela. Cine independiente USA
Grupos:
Trilogía "Antes del" Novedad
Sinopsis:
La tercera parte de la trilogía se desarrolla en Grecia. Nueve años después de
su segundo encuentro romántico, el destino vuelve a unir las vidas de Celine
(Julie Delpy) y Jesse (Ethan Hawke). (FILMAFFINITY)
“Pero nosotros somos
la suma de todos los momentos de nuestras vidas; todo lo nuestro está en ellos:
no podemos eludirlo ni ocultarlo. Si el escritor ha empleado la arcilla de la
vida para crear su libro, no ha hecho más que emplear lo que todos los hombres
deben usar, lo que nadie puede dejar de usar. Ficción no es realidad, pero la
ficción es una realidad seleccionada y asimilada, la ficción es una realidad
ordenada y provista de un designio”
“Para
mí, la realidad y el amor son conceptos contradictorios.” Señala Céline (Julie
Delpy) en la secuela de la Trilogía Before.
En Antes del atardecer, los jóvenes
románticos que se habían conocido en Viena, se reúnen tras nueve años en París,
gracias a la promoción del libro de Jesse (Ethan Hawke), que trata justamente
de la noche que vivieron en ese lugar. El director (Richard Linklater),
nuevamente los une en contra los minutos, esta es la última de las
presentaciones de Jesse y debe marcharse en algo más de una hora, de manera,
que la película transcurre prácticamente en tiempo real, con largas tomas, casi
sin elipsis, para dar pies a esas interminables y profundas conversaciones que
conectan a sus personajes.
Tal
como señala Céline, aquí todo el romanticismo que anteriormente habían
mostrado - especialmente ella- se ve cubierto por una neblina llamada realidad,
la misma que azarosa juega con nuestros destinos para mostrarnos que no
tendremos todo lo que deseamos y que es mejor aprender a lidiar con ello, que
aferrarnos a ideales que tal vez no podremos alcanzar. Lo cierto es que a pesar
de esto nos cubrimos con enormes discursos frente a otros con la intención de
creer. Creer que aún hay algo por lo que vale la pena tener fe, porque la vida sin ese sentimiento o concepto llamado amor, parece insoportable, porque si ese espacio entre "tú y yo" fuese un vacío, sólo nos quedaría un abismo. Lo cierto es que aún hay algo que nos sostiene, ese espacio que nos conecta a través de la líneas de un tren o los caminos a transitar, las calles por recorrer, algún lugar, un tiempo donde encontrarnos... ¿no?
Linklater, al menos, cree que sí, de esta manera nos vuelve a hablar del tiempo, el tiempo del amor, el tiempo
del azar, el del cotidiano, el real, el del habitar. ¿Cómo conjugar todos ellos
sin salir derrotados? Es fácil dibujar sobre nosotros ciertos contornos para
sobrevivir. Casarnos, tener un hijo, un novio, luchar por una causa, escribir
un libro, una canción y definirnos por ellos, pero lo cierto es que no es fácil
sostener esos trazos. Es por eso, que esta vez los personajes parecen más
humanos, y pese a que mienten en un comienzo sobre lo maravilloso que pueden
ser sus vidas, de a poco comienzan a desnudarse, para mostrarnos que ni todo el
romanticismo del mundo puede con el devenir de Cronos ¿será que la intensidad
del amor, como se piensa el amor, sólo son momentos? Honestamente pienso que
sí, que finalmente la vida se construye por instantes y es mejor tener
consciencia de ello para no dejar que se escapen en el transcurrir, como hablé
la vez pasada.
Si
la Trilogía trata del tiempo, este es
el del develamiento. De allí que resulte formidable la escena en que Céline en
el auto se confiesa, diciendo que todas las relaciones en su vida han carecido
de conexiones verdaderas, que todas sus ex parejas se encuentran casadas y le
agradecen haberle enseñado lo que era el amor… (¡oh dios!, bien sabes cómo
comparto ese sentir), y que honestamente, ese no es su problema, el problema es
que Jesse le ha recordado lo que era ayer y todo lo que ha perdido. Finalmente, cuando se
es joven es fácil entregarse el romance, pero pasadas ciertas etapas cada vez
más difícil sostener las esperanzas - al menos cada vez se me hace más
difícil sostenerlas - en especial en un mundo regido por un amor egoísta,
narciso.
En este contexto, me pregunto cuándo volveré a creer, a quién le dedicaré un vals o bailaré una
canción de Nina Simone. Sólo sé que esta vez no quiero seguir soñando, no quiero ver pasar frente a mí a las personas una y otra vez sin
poder acercarme, sin compartir con ellas algún momento, sin sentir su respiración en mi rostro. De allí que espere esta
vez jugar con el tiempo, para que benevolente me devuelva el espíritu que he
perdido y así abrazar a alguien antes que se disuelva en moléculas. En otras palabras, no quisiera subirme a un tren o a un avión, para ver pasar los paisajes sin habitar ninguno de ellos.
Título
original: Before Sunset
Año:
2004
Duración:
77 min.
País:
Estados Unidos Estados Unidos
Director:
Richard Linklater
Guion: Richard
Linklater, Ethan Hawke, Julie Delpy (Historia: Richard Linklater, Kim Krizan)
Música:
Julie Delpy
Fotografía:
Lee Daniel
Reparto: Ethan Hawke,
Julie Delpy, Vernon Dobtcheff, Rodolphe Pauly, Albert Delpy, Marie Pillet
Productora: Warner
Bros. Pictures / Castle Rock Entertainment
Género:
Romance. Drama | Drama romántico. Secuela. Cine independiente USA
Grupos:
Trilogía "Antes del" Novedad
Sinopsis:
Jesse y Celine se conocieron en un tren y pasaron juntos una noche inolvidable
paseando por Viena. Aunque prometieron encontrarse de nuevo seis meses más
tarde, esa cita nunca llegó a producirse. Nueve años después, se vuelven a ver,
pero esta vez en París. Jesse, que está de gira promocionando una novela, la ve
en la librería donde está firmando ejemplares. Ella vive desde hace tiempo en
París; él, en Nueva York. Jesse inmediatamente decide dejarlo todo para pasar
el tiempo con Celine. Así pasan el día en los cafés, en los parques, recordando
aquella tarde en la capital austriaca y hablando de sus vidas. (FILMAFFINITY)