domingo, 23 de julio de 2017

ANTES DE LA MEDIANOCHE (BEFORE MIDNIGHT)




Como la luz del sol en el atardecer, aparecemos, desaparecemos […] Somos importantes para algunos. Pero estamos de paso.







Se recomienda leer escuchando a Graham Raynolds



Finalmente, la tercera parte de la Trilogía Before de Richard Linklater. Reconozco que este era un punto al que temía llegar. La primera vez que vi la película fue para su estreno, mismo año que terminé una de mis relaciones más significativas. Comprenderán que en ese momento cada paso que daban los personajes por las ruinas de Grecia, significaba recordar las de mi relación. Pasado los años, me doy cuenta de que esos vestigios que me parecían la metáfora del ocaso de cualquier pareja, no son más que una marca del tiempo, porque amar deja sus huellas y desde ahí se construye, desconstruye o se destruye. Por lo tanto, lo que en ese instante pensé como el comienzo de un final, ahora lo percibo como un momento más en la vida.

En esta última entrega, Linklater, vuelve a demostrar que es un maestro del tiempo. Con largos planos secuencias y elipsis perfectamente planeadas, logramos reconocer en el camino que hacen Céline (Julie Delpy) y Jesse (Ethan Hawke) hacia el hotel, un sino inevitable. Pues la Trilogía Before, nos habla principalmente sobre el tiempo, de cómo éste nos pasa, pesa y sucede. Si con Antes del amanecer el romanticismo de Céline y Jesse nos hacía creer que todo podía ser posible, y si en Antes del atardecer, se reconsideran esos fundamentos inventados en una noche mágica, alimentados por la nostalgia de un sentimiento que no quieren extinguirse, en Antes de medianoche, el amor deja ser un futuro, para mostrarse real, más allá del encantamiento de un comienzo, más allá de las expectativas de un futuro perfecto. Y es esa realidad la que decepciona a muchos y cala hasta los huesos. Porque tal como dice Jesse casi al finalizar la película: “esta es la vida real, no es perfecta, pero es real”. Pues tras esta trama inventada, emerge una vida con todos sus vaivenes, una pareja en eterno equilibrio precario producto de la cotidianidad y sus roces. Las postergaciones y culpas reprimidas en son de la lucha por una familia que busca no desintegrarse. Tal como dije, el tiempo pasa, pesa y sucede, y no es en vano. Probablemente hay una esencia que permanece, pero reitero, el mundo deja sus huellas y nos encontramos caminando sobre los escombros de parte de nuestros sueños.

Bien sabe Céline de esto último, quien desde un principio se muestra derrotada, al borde de aceptar un trabajo gubernamental que en otro momento de su vida hubiese rechazado, mientras Jesse se lamenta no poder ser parte activa de la vida de su hijo. De alguna manera, ambos al elegir permanecer juntos, dejaron un mundo que les pesa. Sólo es necesario una noche a solas, romanticismo forzado, para recordarles sus renuncias y los miles etc. que han descuidado, se caen las máscaras y emerge la realidad. Ya no vemos a Céline del libro, sino la que se ve obligada a firmar una novela que no le pertenece, un texto que le ha robado su relato, su historia, su voz.

El amor duele porque es real o demasiada realidad arruina ese gran concepto que es el amor. Lo cierto, es que no es fácil amar y ser amado. No siempre se sabe si se está al comienzo del ocaso o simplemente es un momento más.

Casi en la mitad de la película Jesse y Céline se encuentran con una capilla bizantina, la que le rinde tributo a la patrona de los ciegos. En ese instante ya no hay vuelta atrás en la película, se encuentran a mitad de camino al hotel, y deben volver a mirarse el uno al otro, quizás fue la santa, no lo sé, pero ese anochecer estuvieron obligado a desnudarse y mirarse como no lo habían hecho por años. A la luz de esto, me doy cuenta que si estuviese a punto de comenzar una nueva relación, no quisiera quedar ciega, le rezaría a todos los santos del mundo para que me permitieran ver, ver cuando es amor, resignación o simplemente es el tiempo jugando con nuestras percepciones.


  • Título original: Before Midnight
  • Año: 2013
  • Duración: 104 min.
  • País: Estados Unidos Estados Unidos
  • Director: Richard Linklater
  • Guion: Richard Linklater, Julie Delpy, Ethan Hawke
  • Música: Graham Reynolds
  • Fotografía: Christos Voudouris
  • Reparto: Julie Delpy, Ethan Hawke, Seamus Davey-Fitzpatrick, Jennifer Prior, Charlotte Prior, Xenia Kalogeropoulou, Walter Lassally, Ariane Labed, Yannis Papadopoulos, Athina Rachel Tsangari, Panos Koronis
  • Productora: Sony Pictures Classic / Castle Rock Entertainment
  • Género: Romance. Drama | Drama romántico. Secuela. Cine independiente USA
  • Grupos: Trilogía "Antes del" Novedad
  • Sinopsis: La tercera parte de la trilogía se desarrolla en Grecia. Nueve años después de su segundo encuentro romántico, el destino vuelve a unir las vidas de Celine (Julie Delpy) y Jesse (Ethan Hawke). (FILMAFFINITY)





viernes, 14 de julio de 2017

ANTES DEL ATARDECER (BEFORE SUNSET)




“Pero nosotros somos la suma de todos los momentos de nuestras vidas; todo lo nuestro está en ellos: no podemos eludirlo ni ocultarlo. Si el escritor ha empleado la arcilla de la vida para crear su libro, no ha hecho más que emplear lo que todos los hombres deben usar, lo que nadie puede dejar de usar. Ficción no es realidad, pero la ficción es una realidad seleccionada y asimilada, la ficción es una realidad ordenada y provista de un designio”

TOM WOLFE











Se recomienda escuchar a la hermosa Nina Simone
Just in Time




“Para mí, la realidad y el amor son conceptos contradictorios.” Señala Céline (Julie Delpy) en la secuela de la Trilogía Before. En Antes del atardecer, los jóvenes románticos que se habían conocido en Viena, se reúnen tras nueve años en París, gracias a la promoción del libro de Jesse (Ethan Hawke), que trata justamente de la noche que vivieron en ese lugar. El director (Richard Linklater), nuevamente los une en contra los minutos, esta es la última de las presentaciones de Jesse y debe marcharse en algo más de una hora, de manera, que la película transcurre prácticamente en tiempo real, con largas tomas, casi sin elipsis, para dar pies a esas interminables y profundas conversaciones que conectan a sus personajes.

Tal como señala Céline, aquí todo el romanticismo que anteriormente habían mostrado - especialmente ella- se ve cubierto por una neblina llamada realidad, la misma que azarosa juega con nuestros destinos para mostrarnos que no tendremos todo lo que deseamos y que es mejor aprender a lidiar con ello, que aferrarnos a ideales que tal vez no podremos alcanzar. Lo cierto es que a pesar de esto nos cubrimos con enormes discursos frente a otros con la intención de creer. Creer que aún hay algo por lo que vale la pena tener fe, porque la vida sin ese sentimiento o concepto llamado amor, parece insoportable, porque si ese espacio entre "tú y yo"  fuese un vacío, sólo nos quedaría un abismo. Lo cierto es que aún hay algo que nos sostiene, ese espacio que nos conecta a través de la líneas de un tren o los caminos a transitar, las calles por recorrer, algún lugar, un tiempo donde encontrarnos... ¿no?

Linklater, al menos, cree que sí, de esta manera nos vuelve a hablar del tiempo, el tiempo del amor, el tiempo del azar, el del cotidiano, el real, el del habitar. ¿Cómo conjugar todos ellos sin salir derrotados? Es fácil dibujar sobre nosotros ciertos contornos para sobrevivir. Casarnos, tener un hijo, un novio, luchar por una causa, escribir un libro, una canción y definirnos por ellos, pero lo cierto es que no es fácil sostener esos trazos. Es por eso, que esta vez los personajes parecen más humanos, y pese a que mienten en un comienzo sobre lo maravilloso que pueden ser sus vidas, de a poco comienzan a desnudarse, para mostrarnos que ni todo el romanticismo del mundo puede con el devenir de Cronos ¿será que la intensidad del amor, como se piensa el amor, sólo son momentos? Honestamente pienso que sí, que finalmente la vida se construye por instantes y es mejor tener consciencia de ello para no dejar que se escapen en el transcurrir, como hablé la vez pasada.

Si la Trilogía trata del tiempo, este es el del develamiento. De allí que resulte formidable la escena en que Céline en el auto se confiesa, diciendo que todas las relaciones en su vida han carecido de conexiones verdaderas, que todas sus ex parejas se encuentran casadas y le agradecen haberle enseñado lo que era el amor… (¡oh dios!, bien sabes cómo comparto ese sentir), y que honestamente, ese no es su problema, el problema es que Jesse le ha recordado lo que era ayer y todo lo que ha perdido. Finalmente, cuando se es joven es fácil entregarse el romance, pero pasadas ciertas etapas cada vez más difícil sostener las esperanzas - al menos cada vez se me hace más difícil sostenerlas - en especial en un mundo regido por un amor egoísta, narciso.

En este contexto, me pregunto cuándo volveré a creer, a quién le dedicaré un vals o bailaré una canción de Nina Simone. Sólo sé que esta vez no quiero seguir soñando, no quiero ver pasar frente a mí a las personas una y otra vez sin poder acercarme, sin compartir con ellas algún momento, sin sentir su respiración en mi rostro. De allí que espere esta vez jugar con el tiempo, para que benevolente me devuelva el espíritu que he perdido y así abrazar a alguien antes que se disuelva en moléculas. En otras palabras, no quisiera subirme a un tren o a un avión, para ver pasar los paisajes sin habitar ninguno de ellos.




  • Título original: Before Sunset
  • Año: 2004
  • Duración: 77 min.
  • País: Estados Unidos Estados Unidos
  • Director: Richard Linklater
  • Guion: Richard Linklater, Ethan Hawke, Julie Delpy (Historia: Richard Linklater, Kim Krizan)
  • Música: Julie Delpy
  • Fotografía: Lee Daniel
  • Reparto: Ethan Hawke, Julie Delpy, Vernon Dobtcheff, Rodolphe Pauly, Albert Delpy, Marie Pillet
  • Productora: Warner Bros. Pictures / Castle Rock Entertainment
  • Género: Romance. Drama | Drama romántico. Secuela. Cine independiente USA
  • Grupos: Trilogía "Antes del" Novedad
  • Sinopsis: Jesse y Celine se conocieron en un tren y pasaron juntos una noche inolvidable paseando por Viena. Aunque prometieron encontrarse de nuevo seis meses más tarde, esa cita nunca llegó a producirse. Nueve años después, se vuelven a ver, pero esta vez en París. Jesse, que está de gira promocionando una novela, la ve en la librería donde está firmando ejemplares. Ella vive desde hace tiempo en París; él, en Nueva York. Jesse inmediatamente decide dejarlo todo para pasar el tiempo con Celine. Así pasan el día en los cafés, en los parques, recordando aquella tarde en la capital austriaca y hablando de sus vidas. (FILMAFFINITY)







viernes, 7 de julio de 2017

ANTES DEL AMANECER (BEFORE SUNRISE)


[…] Pero todos los relojes de la ciudad comenzaron a vibrar y a sonar,
¡Oh! No permitáis que el tiempo os engañe, el tiempo no puede conquistarse, en las madrigueras de la pesadilla dónde desnuda está la justicia, el tiempo vigila desde las sombras y tose cuando queréis besaros, a base de dolores de cabeza vagamente la vida se nos escurre y el tiempo hará su capricho mañana u hoy […]
Mientras paseaba una tarde
W.H AUDEN



 






Escuchar antes o después de leer:
“Come here” de Kath Bloom





Observar un árbol, ver una película, leer un libro, conversar. Cada una de estas acciones implica una detención. Interrumpir el continuo transcurrir del tiempo para estar en él, dar sentido al instante, sacarlo del mercado y existir. Significa sentir su respiración pasar por nuestros cuerpos, habitando cada uno de sus suspiros. Dejarse llevar por él y en él, es todo lo contrario a ignorar la fugacidad de su presencia. Hoy, lo natural es intentar escapar, ganarle a su medida. Ansiosos fingimos no tener miedo de éste, soberbios buscamos engañarlo y adelantarnos a sus designios. Pero el tiempo siempre gana, porque siempre encuentra una respuesta.

En este sentido, el director Richard Linklater, en Antes del amanecer, rescata el tiempo del cotidiano para hacerlo extraordinario. La anécdota es simple, dos jóvenes, Jesse y Céline (Ethan Hawke y Julie Delpy), tras conocerse brevemente en un tren, deciden bajarse de él y pasar la noche juntos recorriendo Viena, y lo hacen sumergiéndose en una conversación interminable. Hablan del amor, la muerte, la vida y los miles de etc. que complejizan estos tópicos. Jesse y Céline, se detienen para encontrarse. Porque esa es una de las ventajas que da la detención, la posibilidad de el encuentro.

Hace unos días, un buen amigo me dijo: “añoro ese pasado donde sólo nos reuníamos a conversar, sólo a conversar”. Es que pareciera que ese espacio ha sido conquistado por los medios. Antes escuchábamos música en una fiesta, ahora vemos sus videos. Antes confiábamos en el azar, ahora usamos Tinder. El facilismo quiere hacernos olvidar que la vida, ella por sí sola, es capaz de darnos la mejor de las experiencias.  Jesse y Céline, por su parte, se arriesgan  sólo para pasear, escucharse, reconociendo que lo efímero de esa noche es quizás lo más valioso que puedan tener.

En la película todo es una lucha contra el tiempo, pero no para escapar de él, sino para hacerlo eterno en su pasar. Como dije, reconocerse implica asumir su tránsito, como cuando Céline observa la tumba de una niña de 13 años, constatando su presencia en ese momento.

Esta jugada con el tiempo, es también una jugada de amor, una partida que desafía el miedo propio a la aventura de sentir. Céline tensiona con sus ideales el cinismo de Jesse, haciéndolo pasar por la más románticas de las noches. Mientras éste proclama: “El amor es un escape para las personas que no gustan de estar solos”, Céline reflexiona: “Siempre he sentido la presión de ser el ideal de mujer fuerte e independiente, y que no parezca que toda mi vida gira alrededor de un tipo. Pero amar a alguien y ser amado, es algo importante para mí. Siempre me burlo del asunto. Pero, ¿qué no todo lo que hacemos es una manera de que nos amen un poco más?”

Si bien respiramos sólo por nosotros, añoramos al otro, ese breve espacio entre tú y yo, que puede hacernos creer que Dios existe. Pero me confieso, con el tiempo he perdido la fe, por decepción y temor, huyo de las conversaciones después de la cama. Huyo para no encontrarme con las palabras equivocadas, corro de ese momento, olvidándome que ese instante es tal vez lo único que hay. Y así es como me encuentro sola, absorta en preocupaciones banales que no me dejan recobrar la esperanza. Me pregunto: ¿Qué pasaría si tuviese la valentía de bajarme del tren, de salir de mi ensimismamiento? Quizás, esta sea la única fórmula de conocer a alguien, una persona que haga por lo menos de una noche o un instante de mi vida algo memorable. 

Temo que ya estoy tan herida que lo he racionalizado todo y he olvidado el romanticismo de ayer. Si sólo me arriesgara, me hiciera del tiempo, es posible que todo fuese diferente, pero realmente no lo sé. Sin embargo, ahora reconozco un susurro que me dice: “la respuesta está en el intento”. Tal vez, al menos sólo por hoy, deba intentarlo.



  •        Título original: Before Sunrise
  •         Año: 1995
  •        Duración: 101 min.
  •        País: Estados Unidos
  •         Director: Richard Linklater
  •        Guion: Richard Linklater, Kim Krizan
  •        Música: Fred Frith
  •        Fotografía: Lee Daniel
  •   Reparto: Ethan Hawke, Julie Delpy,  Andrea Eckert,  Hanno Pöschl,  Erni Mangold, Haymon Maria Buttinger
  •       Productora: Coproducción USA-Austria; Castle Rock Entertainment / Detour Filmproduction / Filmhaus Wien Universa Filmproduktions / Columbia Pictures Corporation
  •         Género: Romance. Drama | Drama romántico. Cine independiente USA
  •         Grupos: Trilogía "Antes del"
  •         Sinopsis: Céline (Julie Delpy), una estudiante francesa, y Jesse (Ethan Hawke), un joven estadounidense que viaja por Europa tras ser abandonado por su novia, se conocen en un tren con destino a París. Cuando llegan a Viena, Jesse debe bajar porque al día siguiente regresa a su país, pero logra convencer a Céline para que pase la noche con él en la ciudad. En el curso de esa noche, se conocen a fondo, discuten sobre diversas cuestiones como la vida, la muerte y el sexo.