viernes, 22 de septiembre de 2017

CANTANDO BAJO LA LLUVIA (SINGIN' IN THE RAIN)




"El mundo está lleno de miles de cosas que podrían hacernos felices. Pero, ¿lo somos? No. Afirmo que no. Garantizo que no. Aseguro que no. (...) Personas menudas tienen la cara larga, y personas altas menuda cara tienen. Hay gente grande con poco humor y gente pequeña sin ninguno”






Se recomienda escuchar You Were Meant For Me
Interpretado por Genne Kelly y Debby Reynolds




“Estoy cantando bajo la lluvia… el sol está en mi corazón, y yo estoy preparado para el amor”, expresa el actor de cine mudo Don Lockwood (Gene Kelly), luego de besar a la actriz de teatro Kathy Selden (Debbie Reynolds). El amor cubre la pantalla y así, a pesar de la oscuridad de las calles se aprecia la escena más alegre de toda la película. Incluso la cámara se abre para para sumarse al baile, ampliando los planos, demostrando la nueva libertad del personaje, quien no para de cantar y bailar, porque hay cosas que las palabras dichas simplemente no alcanzan.
Cantando bajo la lluvia, no es sólo un tributo al cine, sino que también una película sobre amor, una que cree en él y en su posibilidad de sobrellevar cualquier dificultad. El film dirigido magistralmente por el propio Gene Kelly y Stanley Donen, nos cuenta los cambios que vivió el cine tras la llegada del sonido, mientras nos relata la carrera de Don, quien junto a su amigo Cosmo Brown (Donald O'Connor) logran llegar al stars system tras un largo camino. Don se ha convertido en un gran actor de cine mudo, mientras Cosmo musicaliza las películas. Para ello, el primero finge una relación con su coprotagonista Lina Lamont (Jean Hagen) por publicidad, quien con una excelente actuación se convierte en la antagonista de la historia.
En ese contexto y luego de su último estreno, Don conoce a Kathy quien crítica al cine mudo y sus grandilocuentes gestos, que nada tienen que ver con la realidad, seduciendo con sus palabras a Don. Esa misma noche les sería a todos revelado la factibilidad de realizar cine sonoro, lo que revoluciona la trama y cambia la perspectiva de los personajes. Una nueva manera de mirar la realidad se abría paso en Hollywood y nadie quedaría impávido. De esta manera, se ven obligado a repensar una de sus últimas películas convirtiéndola en un musical y remplazando la hilarante voz de Lina por el de Kathy. A través de esta estrategia la película nos muestra lo falso que puede ser Hollywood y lo fácil que podemos caer en sus patrañas, porque aparentemente las queremos y necesitamos ¿Acaso no es el público que aspira la prolongación de la relación de Lina y Don a en la vida real? Pero las cosas no suceden exactamente como en las películas, siempre hay un backstage que sobrepasa la apariencia para encontrarse con el más puro amor, aquel que efectivamente el cine evoca, pero no siempre logra plasmar.
Cantando bajo la lluvia, de esta manera es una apología al optimismo y un reclamo contra la apariencia, mostrándonos al mismo tiempo que todo cambio puede ser mejor, especialmente el producido por el amor. Pero el film no te habla de un sentimiento cualquiera, sino de aquél con el que chocas por accidente, en el que sin importar las contradicciones no dejas de sentirte atraído por él o por ella, porque una especie de predestinación se ha manifestado entre estas almas. 
Honestamente, no sé si realmente creo en el amor de esta manera, como si fuese un hechizo que me hará cantar minutos después en un set para declarar mi amor eterno al otro. Sería lindo creerlo, pero ya es tarde, estoy rota o tal vez no tanto, simplemente soy lo suficientemente lista para entender que el amor es mucho más complicado de lo que nos muestran los antiguos musicales, aunque no niego que siempre habrá un sentimiento de nostalgia por creer, creer que el amor existe como un sino irrevocable del que no puedes escapar, pero no hablo de un sino trágico más bien de aquél que redime y te hace cantar bajo la lluvia sin importar nada más a tu alrededor, porque esa lluvia fue hecha para ti, fue hecha por los dioses.

  • Título original: Singin' in the Rain
  • Año: 1952
  • Duración: 102 min.
  • País: Estados Unidos Estados Unidos
  • Director: Stanley Donen,  Gene Kelly
  • Guion: Betty Comden, Adolph Green
  • Música: Nacio Herb Brown, Arthur Freed
  • Fotografía: Harold Rosson, John Alton
  • Reparto: Gene Kelly,  Donald O'Connor,  Debbie Reynolds,  Jean Hagen,  Millard Mitchell, Cyd Charisse,  Rita Moreno,  Douglas Fowley
  • Productora:MGM.
  • Productor: Arthur Freed
  • Género:Musical. Comedia. Romance | Cine dentro del cine. Años 20. Baile. Sátira
  • Sinopsis: Antes de conocer a la aspirante a actriz Kathy Selden (Debbie Reynolds), el ídolo del cine mudo Don Lockwood (Gene Kelly) pensaba que lo tenía todo: fama, fortuna y éxito. Pero, cuando la conoce, se da cuenta de que ella es lo que realmente faltaba en su vida. Con el nacimiento del cine sonoro, Don quiere filmar musicales con Kathy, pero entre ambos se interpone la reina del cine mudo Lina Lamont (Jean Hagen). (FILMAFFINITY)



martes, 5 de septiembre de 2017

BREAKFAST AT TIFFANY’S (Desayuno con diamantes)



“¿Sabes lo que te pasa? no tienes valor, tienes miedo, miedo de enfrentarte contigo misma y decir está bien, la vida es una realidad, las personas se pertenecen las unas a las otras porque es la única forma de conseguir la verdadera felicidad. Tú te consideras un espíritu libre, un ser salvaje y te asusta la idea de que alguien pueda meterte en una jaula. Bueno nena, ya estás en una jaula, tu misma la has construido y en ella seguirás vayas a donde vayas, porque no importa donde huyas, siempre acabarás tropezando contigo misma.”










Se recomienda escuchar luego de leer uno de los clásicos del cine
Moon river, interpretado por Audrey Hepburn





No puedo negar que hablar de esta película me pone algo nerviosa, tropezar con un clásico, te hace pensar que cualquier historia adyacente podría terminar por faltar el respeto a la obra principal. Pese a ello lo intentaré, por un lado, porque no se puede tener un blog que hable de historias de amor sin referir a Desayuno con Diamantes, por otro, porque si bien no tengo una vida similar a la de Holly, con el glamour de Holly, sí sé y puedo escribir sobre los días rojos, de aquellos donde “uno tiene miedo y no sabe por qué”.

La película de Blake Edwards, basada en la novela homónima de Truman Capote, trata de Holly Golightly (Audrey Hepburn), una joven que alguna vez aspiró a ser actriz, pero que ha devenido, como lo insinúa el director, a scort. Es quizás este uno de los personajes más carismáticos de la actriz, quien nos hace empatizar con una mujer frívola y profundamente dañada. Holly posee un carácter complejo, disfruta de la buena vida, pero al mismo tiempo vive en circunstancias “precarias”, señalando que no comprará muebles, ni le pondrá nombre a su gato hasta que tenga la certeza que pertenece a algún lugar. Su vida trata por sobre todo de huir de los días rojos, aquellos que van más allá de la simple decepción y nostalgia, de aquellos en que se necesita urgentemente algo de mediana estabilidad para volver a la paz, lo que Holly simboliza en la joyería Tiffany’s. Así, arisca como su propio gato, vemos a Holly intentando incesantemente huir. Cual Madame Bovary no soporta la realidad realista y prefiere sumergirse en vestidos Givenchy y champagne, creando un melodrama que la sobrepasa en más de un sentido.

Asumiendo este cuadro, el film comienza gracias al encuentro entre ella y Paul Varjack (George Peppard), un escritor mantenido por una mujer casada y que no ha escrito en años. Ambos se conocen gracias a la llegada de Paul al edificio de Holly, empezando una relación de cooperación mutua, empujados por la semejanza que ven entre ambas historias. Sin embargo, la relación se topa con un gran problema, el miedo de Holly a quedarse encerrada en una jaula de la que no podrá salir.


Aquí emergen los días rojos de los que ya hablé, cubiertos de fastuosos vestidos y colores extraordinarios. Imagen y traman se contraponen para dejar un velo de melancolía amarga en cada uno de sus encuadres, esto pese a la insistencia de mostrar a New York como una ciudad suficientemente enorme para ser libre o en su defecto, suficientemente enorme para sentirse solo. Paisaje que me conmueve profundamente y que me lleva a cantar Moon the river sentada en mi terraza, mientras pienso en todas las veces que me he sentido así y que he temido, de mí, de los otros, del otro, de ambos. Pienso en las veces que no me arriesgué y paralizada me quedé mirando una vitrina soñando en un mundo que probablemente no llegará. En las veces que hice una fiesta y reuní las mejores flores, vistiéndome con la más sensual de las sonrisas para tapar el enorme vacío que calaba mis huesos. Insatisfacción que ni siquiera la promesa de un buen amor podría cubrir. Tal vez por eso he elegido ser una amante, porque no soy capaz de enfrentar aquella realidad que me mojará con la mejor de sus lluvias, pero esta vez no hablo de una lluvia que te purifica para dar paso inmediatamente a un nuevo amor, hablo de aquella que te deja desnuda y sin caretas, sin nadie a tu lado, sola en la intemperie, pero con la posibilidad de que hoy o al menos por hoy vestiré con mi propia ropa, alejando a los días rojos, avanzando sin grandes ornamentos, porque me basto y me basta mi historia sin sobresalto, porque al menos esa es y será mi historia.



  • Título original: Breakfast at Tiffany's
  • Año: 1961
  • Duración: 115 min.
  • País: Estados Unidos Estados Unidos
  • Director: Blake Edwards
  • Guion: George Axelrod (Novela: Truman Capote)
  • Música: Henry Mancini
  • Fotografía: Franz Planer
  • Reparto: Audrey Hepburn,  George Peppard,  Patricia Neal,  Buddy Ebsen,  Martin Balsam, Mickey Rooney,  José Luis de Vilallonga,  John McGiver
  • Productora: Paramount Pictures
  • Género: Romance. Drama. Comedia | Comedia romántica. Comedia sofisticada
  • Grupos: Adaptaciones de Truman Capote 
  • Sinopsis: Holly Golightly es una bella joven neoyorquina que, aparentemente, lleva una vida fácil y alegre. Tiene un comportamiento bastante extravagante, por ejemplo, desayunar contemplando el escaparate de la lujosa joyería Tiffanys. Un día se muda a su mismo edificio Paul Varjak, un escritor que, mientras espera un éxito que nunca llega, vive a costa de una mujer madura.







lunes, 28 de agosto de 2017

SUBMARINE




Me gustaría que la vida se pareciera más a las teleseries americanas, de ese modo, cuando las cosas se pusieran dramáticas, podrías hacer un fundido en negro y dejar todo para otro momento.








Se recomienda escuchar Alex Turner - Stuck On The Puzzle



Al amor le pertenecen los colores primarios, a su naturaleza se le deben todos los otros tintes de esa mirada que llamamos realidad. Su estado esencial no necesita de nomenclaturas, o se está en él o se está bajo del agua. Esto bien lo sabe el director Richard Ayoade, quien narra la historia de Oliver Tate (Craig Roberts), un adolescente enamorado de su compañera de curso, Jordana (Yasmin Paige), quien perturbado por la eventual separación de sus padres, termina por boicotear la que sería su primera relación romántica. El director, nos sumerge en la historia como si fuera un gran videoclip, donde cada una de las canciones hacen de ella algo más real, como bien le dice el padre al joven, cuando le regala un casete que contiene la banda sonora que lo acompañará en este nuevo periodo de su vida, la del primer amor. La música, de esta manera, nos habla como si fuera otro personaje, se convierte en un narrador omnisciente que cuenta aquello que los otros no logran pronunciar, es que no siempre se sabe claramente dónde se está y qué se hace, o a las palabras les falta la música necesaria para dar cuenta de aquello que sentimos.

Submarine, es pulsión y melancolía, en ella el amor se enreda producto de su propio paso por el tiempo. Vemos cómo nace a través de los jóvenes, mientras pareciera desvanecerse en los adultos, para luego jugar a la inversa y encontrarse en un punto donde los corazones se rinden para ingresar juntos al mar, sea lo que sea que eso signifique.

La película, si bien habla de una etapa que ahora me es lejana, el sentimiento no lo es tanto, pero esta vez no me refiero al del amor más puro y esencial, como aquel que se tiene a los quince años, sino a ese sentimiento azul abismante como el agua del mar. No hablo de la orilla donde nos bañamos sin dificultad, sino a esas millas de profundidad donde la vida no es posible. Porque al amar demasiado, la caída pareciera ser un sino inevitable, y las razones para evitar el suicidio total, suelen ser las mismas que impiden que este se realice. En este sentido lo que es Jordana para Oliver, para mí fue M y alguien más. Entre cada uno de ellos, me hundí, y caí en ese tiempo donde la perdida significa también que me perderse. Sin embargo, sin saber nadar, ni respirar bajo el agua sobreviví, no sé cómo, pero lo hice. Durante ese periodo la filmación de mi vida sólo me comprometía en un fuera de campo, nada pasaba dentro de ella, sino más allá de sus marcos, en aquel lugar donde la mirada no es posible. Me pregunto si siempre de ese arrebatador rojo hipnotizante del amor, deviene el azul profundo que se encuentra frente a él. ¿Acaso, es posible amar sin transitar por ese diálogo entre colores? Realmente no lo sé, sin embargo, puedo dar cuenta de esos dos lugares y de un tercero, cuando se vuelve, cuando se posible jugar con las olas, jugar con volver a sumergirte  sin tener miedo, jugar a que en algún instante habrá alguien más en esa película que hemos decido narrar y llamarla vida.



  • Título original: Submarine
  • Año: 2010
  • Duración: 97 min.
  • País: Reino Unido 
  • Director: Richard Ayoade
  • Guion: Richard Ayoade (Novela: Joe Dunthorne)
  • Música: Andrew Hewitt (Canciones: Alex Turner)
  • Fotografía: Erik Wilson
  • Reparto: Craig Roberts,  Yasmin Paige,  Sally Hawkins,  Paddy Considine,  Noah Taylor, Darren Evans,  Elinor Crawley,  Steffan Rhodri,  Gemma Chan
  • Productora: Coproducción Reino Unido-EEUU; Film4 / Film Agency for Wales / Red Hour Films
  • Género: Drama. Comedia. Romance | Comedia dramática. Adolescencia. Años 80
  • Sinopsis: Oliver Tate (Craig Roberts) es un peculiar chico de 15 años que tiene dos objetivos: impedir que su madre abandone a su padre y encontrarse a sí mismo aunque sea a través de una chica. (FILMAFFINITY)









domingo, 23 de julio de 2017

ANTES DE LA MEDIANOCHE (BEFORE MIDNIGHT)




Como la luz del sol en el atardecer, aparecemos, desaparecemos […] Somos importantes para algunos. Pero estamos de paso.







Se recomienda leer escuchando a Graham Raynolds



Finalmente, la tercera parte de la Trilogía Before de Richard Linklater. Reconozco que este era un punto al que temía llegar. La primera vez que vi la película fue para su estreno, mismo año que terminé una de mis relaciones más significativas. Comprenderán que en ese momento cada paso que daban los personajes por las ruinas de Grecia, significaba recordar las de mi relación. Pasado los años, me doy cuenta de que esos vestigios que me parecían la metáfora del ocaso de cualquier pareja, no son más que una marca del tiempo, porque amar deja sus huellas y desde ahí se construye, desconstruye o se destruye. Por lo tanto, lo que en ese instante pensé como el comienzo de un final, ahora lo percibo como un momento más en la vida.

En esta última entrega, Linklater, vuelve a demostrar que es un maestro del tiempo. Con largos planos secuencias y elipsis perfectamente planeadas, logramos reconocer en el camino que hacen Céline (Julie Delpy) y Jesse (Ethan Hawke) hacia el hotel, un sino inevitable. Pues la Trilogía Before, nos habla principalmente sobre el tiempo, de cómo éste nos pasa, pesa y sucede. Si con Antes del amanecer el romanticismo de Céline y Jesse nos hacía creer que todo podía ser posible, y si en Antes del atardecer, se reconsideran esos fundamentos inventados en una noche mágica, alimentados por la nostalgia de un sentimiento que no quieren extinguirse, en Antes de medianoche, el amor deja ser un futuro, para mostrarse real, más allá del encantamiento de un comienzo, más allá de las expectativas de un futuro perfecto. Y es esa realidad la que decepciona a muchos y cala hasta los huesos. Porque tal como dice Jesse casi al finalizar la película: “esta es la vida real, no es perfecta, pero es real”. Pues tras esta trama inventada, emerge una vida con todos sus vaivenes, una pareja en eterno equilibrio precario producto de la cotidianidad y sus roces. Las postergaciones y culpas reprimidas en son de la lucha por una familia que busca no desintegrarse. Tal como dije, el tiempo pasa, pesa y sucede, y no es en vano. Probablemente hay una esencia que permanece, pero reitero, el mundo deja sus huellas y nos encontramos caminando sobre los escombros de parte de nuestros sueños.

Bien sabe Céline de esto último, quien desde un principio se muestra derrotada, al borde de aceptar un trabajo gubernamental que en otro momento de su vida hubiese rechazado, mientras Jesse se lamenta no poder ser parte activa de la vida de su hijo. De alguna manera, ambos al elegir permanecer juntos, dejaron un mundo que les pesa. Sólo es necesario una noche a solas, romanticismo forzado, para recordarles sus renuncias y los miles etc. que han descuidado, se caen las máscaras y emerge la realidad. Ya no vemos a Céline del libro, sino la que se ve obligada a firmar una novela que no le pertenece, un texto que le ha robado su relato, su historia, su voz.

El amor duele porque es real o demasiada realidad arruina ese gran concepto que es el amor. Lo cierto, es que no es fácil amar y ser amado. No siempre se sabe si se está al comienzo del ocaso o simplemente es un momento más.

Casi en la mitad de la película Jesse y Céline se encuentran con una capilla bizantina, la que le rinde tributo a la patrona de los ciegos. En ese instante ya no hay vuelta atrás en la película, se encuentran a mitad de camino al hotel, y deben volver a mirarse el uno al otro, quizás fue la santa, no lo sé, pero ese anochecer estuvieron obligado a desnudarse y mirarse como no lo habían hecho por años. A la luz de esto, me doy cuenta que si estuviese a punto de comenzar una nueva relación, no quisiera quedar ciega, le rezaría a todos los santos del mundo para que me permitieran ver, ver cuando es amor, resignación o simplemente es el tiempo jugando con nuestras percepciones.


  • Título original: Before Midnight
  • Año: 2013
  • Duración: 104 min.
  • País: Estados Unidos Estados Unidos
  • Director: Richard Linklater
  • Guion: Richard Linklater, Julie Delpy, Ethan Hawke
  • Música: Graham Reynolds
  • Fotografía: Christos Voudouris
  • Reparto: Julie Delpy, Ethan Hawke, Seamus Davey-Fitzpatrick, Jennifer Prior, Charlotte Prior, Xenia Kalogeropoulou, Walter Lassally, Ariane Labed, Yannis Papadopoulos, Athina Rachel Tsangari, Panos Koronis
  • Productora: Sony Pictures Classic / Castle Rock Entertainment
  • Género: Romance. Drama | Drama romántico. Secuela. Cine independiente USA
  • Grupos: Trilogía "Antes del" Novedad
  • Sinopsis: La tercera parte de la trilogía se desarrolla en Grecia. Nueve años después de su segundo encuentro romántico, el destino vuelve a unir las vidas de Celine (Julie Delpy) y Jesse (Ethan Hawke). (FILMAFFINITY)





viernes, 14 de julio de 2017

ANTES DEL ATARDECER (BEFORE SUNSET)




“Pero nosotros somos la suma de todos los momentos de nuestras vidas; todo lo nuestro está en ellos: no podemos eludirlo ni ocultarlo. Si el escritor ha empleado la arcilla de la vida para crear su libro, no ha hecho más que emplear lo que todos los hombres deben usar, lo que nadie puede dejar de usar. Ficción no es realidad, pero la ficción es una realidad seleccionada y asimilada, la ficción es una realidad ordenada y provista de un designio”

TOM WOLFE











Se recomienda escuchar a la hermosa Nina Simone
Just in Time




“Para mí, la realidad y el amor son conceptos contradictorios.” Señala Céline (Julie Delpy) en la secuela de la Trilogía Before. En Antes del atardecer, los jóvenes románticos que se habían conocido en Viena, se reúnen tras nueve años en París, gracias a la promoción del libro de Jesse (Ethan Hawke), que trata justamente de la noche que vivieron en ese lugar. El director (Richard Linklater), nuevamente los une en contra los minutos, esta es la última de las presentaciones de Jesse y debe marcharse en algo más de una hora, de manera, que la película transcurre prácticamente en tiempo real, con largas tomas, casi sin elipsis, para dar pies a esas interminables y profundas conversaciones que conectan a sus personajes.

Tal como señala Céline, aquí todo el romanticismo que anteriormente habían mostrado - especialmente ella- se ve cubierto por una neblina llamada realidad, la misma que azarosa juega con nuestros destinos para mostrarnos que no tendremos todo lo que deseamos y que es mejor aprender a lidiar con ello, que aferrarnos a ideales que tal vez no podremos alcanzar. Lo cierto es que a pesar de esto nos cubrimos con enormes discursos frente a otros con la intención de creer. Creer que aún hay algo por lo que vale la pena tener fe, porque la vida sin ese sentimiento o concepto llamado amor, parece insoportable, porque si ese espacio entre "tú y yo"  fuese un vacío, sólo nos quedaría un abismo. Lo cierto es que aún hay algo que nos sostiene, ese espacio que nos conecta a través de la líneas de un tren o los caminos a transitar, las calles por recorrer, algún lugar, un tiempo donde encontrarnos... ¿no?

Linklater, al menos, cree que sí, de esta manera nos vuelve a hablar del tiempo, el tiempo del amor, el tiempo del azar, el del cotidiano, el real, el del habitar. ¿Cómo conjugar todos ellos sin salir derrotados? Es fácil dibujar sobre nosotros ciertos contornos para sobrevivir. Casarnos, tener un hijo, un novio, luchar por una causa, escribir un libro, una canción y definirnos por ellos, pero lo cierto es que no es fácil sostener esos trazos. Es por eso, que esta vez los personajes parecen más humanos, y pese a que mienten en un comienzo sobre lo maravilloso que pueden ser sus vidas, de a poco comienzan a desnudarse, para mostrarnos que ni todo el romanticismo del mundo puede con el devenir de Cronos ¿será que la intensidad del amor, como se piensa el amor, sólo son momentos? Honestamente pienso que sí, que finalmente la vida se construye por instantes y es mejor tener consciencia de ello para no dejar que se escapen en el transcurrir, como hablé la vez pasada.

Si la Trilogía trata del tiempo, este es el del develamiento. De allí que resulte formidable la escena en que Céline en el auto se confiesa, diciendo que todas las relaciones en su vida han carecido de conexiones verdaderas, que todas sus ex parejas se encuentran casadas y le agradecen haberle enseñado lo que era el amor… (¡oh dios!, bien sabes cómo comparto ese sentir), y que honestamente, ese no es su problema, el problema es que Jesse le ha recordado lo que era ayer y todo lo que ha perdido. Finalmente, cuando se es joven es fácil entregarse el romance, pero pasadas ciertas etapas cada vez más difícil sostener las esperanzas - al menos cada vez se me hace más difícil sostenerlas - en especial en un mundo regido por un amor egoísta, narciso.

En este contexto, me pregunto cuándo volveré a creer, a quién le dedicaré un vals o bailaré una canción de Nina Simone. Sólo sé que esta vez no quiero seguir soñando, no quiero ver pasar frente a mí a las personas una y otra vez sin poder acercarme, sin compartir con ellas algún momento, sin sentir su respiración en mi rostro. De allí que espere esta vez jugar con el tiempo, para que benevolente me devuelva el espíritu que he perdido y así abrazar a alguien antes que se disuelva en moléculas. En otras palabras, no quisiera subirme a un tren o a un avión, para ver pasar los paisajes sin habitar ninguno de ellos.




  • Título original: Before Sunset
  • Año: 2004
  • Duración: 77 min.
  • País: Estados Unidos Estados Unidos
  • Director: Richard Linklater
  • Guion: Richard Linklater, Ethan Hawke, Julie Delpy (Historia: Richard Linklater, Kim Krizan)
  • Música: Julie Delpy
  • Fotografía: Lee Daniel
  • Reparto: Ethan Hawke, Julie Delpy, Vernon Dobtcheff, Rodolphe Pauly, Albert Delpy, Marie Pillet
  • Productora: Warner Bros. Pictures / Castle Rock Entertainment
  • Género: Romance. Drama | Drama romántico. Secuela. Cine independiente USA
  • Grupos: Trilogía "Antes del" Novedad
  • Sinopsis: Jesse y Celine se conocieron en un tren y pasaron juntos una noche inolvidable paseando por Viena. Aunque prometieron encontrarse de nuevo seis meses más tarde, esa cita nunca llegó a producirse. Nueve años después, se vuelven a ver, pero esta vez en París. Jesse, que está de gira promocionando una novela, la ve en la librería donde está firmando ejemplares. Ella vive desde hace tiempo en París; él, en Nueva York. Jesse inmediatamente decide dejarlo todo para pasar el tiempo con Celine. Así pasan el día en los cafés, en los parques, recordando aquella tarde en la capital austriaca y hablando de sus vidas. (FILMAFFINITY)







viernes, 7 de julio de 2017

ANTES DEL AMANECER (BEFORE SUNRISE)


[…] Pero todos los relojes de la ciudad comenzaron a vibrar y a sonar,
¡Oh! No permitáis que el tiempo os engañe, el tiempo no puede conquistarse, en las madrigueras de la pesadilla dónde desnuda está la justicia, el tiempo vigila desde las sombras y tose cuando queréis besaros, a base de dolores de cabeza vagamente la vida se nos escurre y el tiempo hará su capricho mañana u hoy […]
Mientras paseaba una tarde
W.H AUDEN



 






Escuchar antes o después de leer:
“Come here” de Kath Bloom





Observar un árbol, ver una película, leer un libro, conversar. Cada una de estas acciones implica una detención. Interrumpir el continuo transcurrir del tiempo para estar en él, dar sentido al instante, sacarlo del mercado y existir. Significa sentir su respiración pasar por nuestros cuerpos, habitando cada uno de sus suspiros. Dejarse llevar por él y en él, es todo lo contrario a ignorar la fugacidad de su presencia. Hoy, lo natural es intentar escapar, ganarle a su medida. Ansiosos fingimos no tener miedo de éste, soberbios buscamos engañarlo y adelantarnos a sus designios. Pero el tiempo siempre gana, porque siempre encuentra una respuesta.

En este sentido, el director Richard Linklater, en Antes del amanecer, rescata el tiempo del cotidiano para hacerlo extraordinario. La anécdota es simple, dos jóvenes, Jesse y Céline (Ethan Hawke y Julie Delpy), tras conocerse brevemente en un tren, deciden bajarse de él y pasar la noche juntos recorriendo Viena, y lo hacen sumergiéndose en una conversación interminable. Hablan del amor, la muerte, la vida y los miles de etc. que complejizan estos tópicos. Jesse y Céline, se detienen para encontrarse. Porque esa es una de las ventajas que da la detención, la posibilidad de el encuentro.

Hace unos días, un buen amigo me dijo: “añoro ese pasado donde sólo nos reuníamos a conversar, sólo a conversar”. Es que pareciera que ese espacio ha sido conquistado por los medios. Antes escuchábamos música en una fiesta, ahora vemos sus videos. Antes confiábamos en el azar, ahora usamos Tinder. El facilismo quiere hacernos olvidar que la vida, ella por sí sola, es capaz de darnos la mejor de las experiencias.  Jesse y Céline, por su parte, se arriesgan  sólo para pasear, escucharse, reconociendo que lo efímero de esa noche es quizás lo más valioso que puedan tener.

En la película todo es una lucha contra el tiempo, pero no para escapar de él, sino para hacerlo eterno en su pasar. Como dije, reconocerse implica asumir su tránsito, como cuando Céline observa la tumba de una niña de 13 años, constatando su presencia en ese momento.

Esta jugada con el tiempo, es también una jugada de amor, una partida que desafía el miedo propio a la aventura de sentir. Céline tensiona con sus ideales el cinismo de Jesse, haciéndolo pasar por la más románticas de las noches. Mientras éste proclama: “El amor es un escape para las personas que no gustan de estar solos”, Céline reflexiona: “Siempre he sentido la presión de ser el ideal de mujer fuerte e independiente, y que no parezca que toda mi vida gira alrededor de un tipo. Pero amar a alguien y ser amado, es algo importante para mí. Siempre me burlo del asunto. Pero, ¿qué no todo lo que hacemos es una manera de que nos amen un poco más?”

Si bien respiramos sólo por nosotros, añoramos al otro, ese breve espacio entre tú y yo, que puede hacernos creer que Dios existe. Pero me confieso, con el tiempo he perdido la fe, por decepción y temor, huyo de las conversaciones después de la cama. Huyo para no encontrarme con las palabras equivocadas, corro de ese momento, olvidándome que ese instante es tal vez lo único que hay. Y así es como me encuentro sola, absorta en preocupaciones banales que no me dejan recobrar la esperanza. Me pregunto: ¿Qué pasaría si tuviese la valentía de bajarme del tren, de salir de mi ensimismamiento? Quizás, esta sea la única fórmula de conocer a alguien, una persona que haga por lo menos de una noche o un instante de mi vida algo memorable. 

Temo que ya estoy tan herida que lo he racionalizado todo y he olvidado el romanticismo de ayer. Si sólo me arriesgara, me hiciera del tiempo, es posible que todo fuese diferente, pero realmente no lo sé. Sin embargo, ahora reconozco un susurro que me dice: “la respuesta está en el intento”. Tal vez, al menos sólo por hoy, deba intentarlo.



  •        Título original: Before Sunrise
  •         Año: 1995
  •        Duración: 101 min.
  •        País: Estados Unidos
  •         Director: Richard Linklater
  •        Guion: Richard Linklater, Kim Krizan
  •        Música: Fred Frith
  •        Fotografía: Lee Daniel
  •   Reparto: Ethan Hawke, Julie Delpy,  Andrea Eckert,  Hanno Pöschl,  Erni Mangold, Haymon Maria Buttinger
  •       Productora: Coproducción USA-Austria; Castle Rock Entertainment / Detour Filmproduction / Filmhaus Wien Universa Filmproduktions / Columbia Pictures Corporation
  •         Género: Romance. Drama | Drama romántico. Cine independiente USA
  •         Grupos: Trilogía "Antes del"
  •         Sinopsis: Céline (Julie Delpy), una estudiante francesa, y Jesse (Ethan Hawke), un joven estadounidense que viaja por Europa tras ser abandonado por su novia, se conocen en un tren con destino a París. Cuando llegan a Viena, Jesse debe bajar porque al día siguiente regresa a su país, pero logra convencer a Céline para que pase la noche con él en la ciudad. En el curso de esa noche, se conocen a fondo, discuten sobre diversas cuestiones como la vida, la muerte y el sexo.






viernes, 30 de junio de 2017

YA SOMOS MÁS DE MIL EN FB!!!








MIL GRACIAS POR SUS RESPUESTAS
LOS GANADORES SON:...



PILI ESPAÑA:  Yo amo las películas románticas por que me hubiera gustado tener un amor así de película.
Algo mágico como el amor de bella y edward.
Increíble como el de me enamore de una sirena.
O que tal el amor de los cuentos de mis popeer que solo con las miradas y cojidas de manos se enamoraron profundamente sus padres se opusieron pero ella se enfrento a ellos por amor pero el final el muere.
Un amor moderno como el de De amor y otras adicciones pero siempre al final triunfa el amor verdadero.
Hay! Quien no quisiera vivir una historia de estas, hay actores tan maravillosos o tienen la capacidad para hacer que se transporte a ese set me hacen sentir la historia como si yo la estuviera viviendo.
Creo que lo que más megusta es cuando dicen se casaron y vivieron felices para siempre.


Kawtcho Chile: "y recordé aquel viejo chiste. Aquel del tipo que va al psiquiatra y le dice: doctor, mi hermano está loco, cree que es una gallina. Y el doctor responde: ¿pues por qué no lo mete en un manicomio? y el tipo le dice: lo haría, pero necesito los huevos." 
Pues eso es más o menos lo que pienso sobre las "películas románticas", ¿sabe? son totalmente irracionales, locas y absurdas; pero supongo que continuamos "viéndolas" porque la mayoría necesitamos los huevos.
Además "siempre se está intentando que las cosas salgan perfectas en el arte, porque conseguirlo en la vida es realmente difícil.”
Frases modificadas de Woody Allen, desde una de las películas más románticas, para mi gusto, que he visto.

jueves, 29 de junio de 2017

REALITY BITES




“Este es el invierno de nuestra desventura”







Esta vez podría colocar mil canciones para escuchar,
pero tuve que decidir: Los dejo con Trash de Suede.




Honestamente no sé cómo empezar a escribir sobre Reality Bites, temo caer en clichés generacionales y corromper la sinceridad que proponen sus personajes, ¿será qué todos nuestros intentos por escapar terminan llevándonos a lugares comunes? Supongo que no puedo evitar caer en ese espacio, porque incluso decir “no, gracias” a cualquier enumeración odiosa sobre lo que queremos evitar, es asumir que pertenecemos a un grupo, a ese que está eternamente cabreado de las imposiciones, las que se meten debajo de tu blusa como una plaga, para terminar convirtiéndote en rebeldes con zapatillas converse o lentes tipo Elvis Costello.

Confieso, que también me vi tentada a dar todo un discurso sobre la Generación X, pero sería absurdo, nací el 85 y sólo tenía una decena de años cuando la película se estrenó. No soy de la Generación X, pero eso no quiere decir que la música no haya marcado parte de mi vida, que no tenga un grupo de amigos, que no esté luchando contra toda esa amalgama llamada realidad y por sobre todo, que no quiera huir de la mala herencia de todas las generaciones anteriores.

No necesito discursearlos, ni decir que odio esto y lo otro, porque en la lucha por pertenecer todos nos unimos de manera extraña. Y así fue como me hice de un grupo de amigos, que a pesar de sus diferencias festejan conmigo las fiestas más inventadas de todas, porque una simple conversación entre nosotros pareciera salvarnos de nuestras más o menos mediocres vidas. Es por eso que esta vez no hablaré de amor, ni de cómo perdí a uno de mis amigos por culpa del sexo, ni de cómo me enamoré gracias a una canción, ni de cuando me dedicaron una; sino que hablaré de ellos, los que batallan conmigo el día a día, con quienes construyo el más realista de los poemas, el que ha impedido que sucumba y evitado que caiga en la más nihilista y vanidosa autocomplacencia.  

Mis amigos. Los que soñamos con vivir juntos en el mismo edificio, y al hacerlo estuvimos a punto de sacarnos los ojos, sin que eso evitara que Viollier 59 se convirtiera en el refugio de nuestras desventuras. Una cerveza, un beso en medio de las escaleras, portazos, vidrios rotos, otra cerveza, palabras y más palabras, silencios con el televisor encendido, Radiohead, Arcade Fire, David Bowie, Blur, incluso Teleradio Donoso. Fight club, Tarantino, guiones a medio hacer, novelas inconclusas, Bolaño, Rayuela, En el camino, todos nosotros en el camino. Esos son mis amigos, los que se besan cuando se apaga la luz, los que pelean con la luz encendida, los que me toman de la mano cuando una gota se asoma en mi pupila. El sur, el centro, la nostalgia, la impotencia, buses, micros y otros. Finalmente, dibujos y un blog. Y heme aquí, escribiendo para ellos y con ellos, porque cada letra les pertenece, porque he robado sus historias, porque han platicado sobre las mías.

En Reality Bites, todo termina con un beso en el sofá, un beso que culmina por sincerar a todos sus personajes. En esta columna yo no beso a nadie, pero sí intento ser honesta, bajar las expectativas, susurrar mi nombre, y encontrar – me más allá de ese rincón donde se encuentra mi sofá, mi beso, mi corazón.



  •          Título original: Reality Bites
  •        Año:1994
  •        Duración:99 min.
  •        País: Estados Unidos Estados Unidos
  •         Director: Ben Stiller
  •         Guion: Helen Childress
  •          Música: Karl Wallinger
  •          Fotografía: Emmanuel Lubezki
  •     Reparto: Winona Ryder,  Ethan Hawke,  Janeane Garofalo,  Ben Stiller,  Steve Zahn, Swoosie Kurtz,  Harry O'Reilly,  Susan Norfleet,  Joe Don Baker,  Renée Zellweger, James Rothenberg,  John Mahoney,  David Spade
  •        Productora: Universal Pictures
  •        Género: Drama. Comedia. Romance | Amistad
  •     Sinopsis :Lelaina Pierce (Winona Ryder), ayudante de producción en un programa matinal de televisión, sueña con ser directora de cine. Mientras llega su gran oportunidad rueda un vídeo de sus amigos en los que estos hablan de su realidad cotidiana, sus ambiciones y su falta de expectativas. Entre tanto, debe elegir entre dos amores, un yuppie y su leal amigo Troy. Drama generacional de joven y conocido reparto que se promocionó como la película de la "generación X". (FILMAFFINITY)



jueves, 22 de junio de 2017

PISO DE SOLTERO (THE APARTMENT)



“¿Cuántos días son necesarios para desintoxicarse de la persona amada?
Tendría que inventarse una sonda para lavar el corazón.”












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Querer estar un piso más arriba es algo a lo que todos aspiramos. Elevarnos en cualquier materia con la intención de ser visto por alguien, por otro que nos haga sentir que incluso esa cúspide no vale la pena. Todos queremos estar un piso más arriba. Ahora bien, cómo se llega a él, puede ser un asunto complicado.

The Apartment, de Billy Wilder (1960), muestra el trayecto a ese ascenso, a través de la figura de C.C Baxter (Jack Lemmon), un joven solitario, quien incapaz de negarse a nada, facilita su departamento a sus superiores para que puedan llevar al lugar a las mujeres que se les antoje. De esta manera, Baxter busca conseguir un mejor puesto, para así, darle la oportunidad a una vida que ha postergado. En este camino, se encuentra con Fran (Shirley MacLaine), la ascensorista del edificio, de quien se enamora. Sin embargo, ella mantiene sentimientos por otro, Jeff(Frederick MacMurray), uno de los jefes de Baxter, que utiliza el departamento del joven para engañar a la noble Fran. De esta manera, Baxter se ve enfrentado a una encrucijada, aceptar el ascenso a costa de su dignidad o recuperarla asumiendo la pérdida de su trabajo.

Baxter es un fiel ejemplo, de las trampas que nos pone la vida moderna, la que nos hace creer que cómo asumimos nuestros objetivos careciera de importancia. Sin embargo, la historia nos ha mostrado, que el recorrido ciego a ese lugar de valoración, puede llegar a sumergir al individuo en la más absoluta soledad. Es que la manoseada palabra “éxito” - valor supremo por estos días-, hace creer que no hay tiempo para tomar otras rutas. La ansiedad se convierte, entonces, en el motor que mueve al individuo, quien no logra hacerse de su presente, manteniendo todas sus energías proyectada hacia un futuro que tal vez no llegue.

Así nos encontramos con dos personajes promedios, que buscan alcanzar un lugar donde puedan ser respetados, pero que extraviados se han dejado llevar por los hechos, asumiendo la vida como un sino irrevocable. Fran y Baxter, en este camino han perdido su semblante, construyéndose desde las necesidades de otros, en nombre de sus propias necesidades. Y es aquí donde se me hace necesario aparecer, alzar mi mano, dar un paso al frente, reconocerme en ellos, y acusar mi anterior pasividad, la que me llevó a convertirme alguna vez en amante (si sólo hubiese visto la película antes, no hubiese llevado rímel esa temporada); pues creo que son pocos los que no se han encontrado en el lado de Baxter y Fran. ¿Acaso hay alguien que pueda decir que se ha mantenido intachable en la vereda del frente? Por lo menos yo no. De alguna manera, me he convertido en víctima y hacedora de un programa donde la felicidad se manifiesta como un absurdo espejismo, a la que sólo se puede llegar si nos despojamos de valores que en un principio creíamos intachables. Culpamos al azar, al destino, a Dios, sin darnos cuenta que en nosotros se encuentra la posibilidad de eximirnos. Esa es la lección que nos deja The Apartment, pues en el momento que Bexter decide negarse a una más de las peticiones de su jefe, se vuelve dueño de sus propios actos y digno jugador en este tablero que nos presenta la vida. Así lo asume Fran, quien siguiendo su ejemplo escapa de los brazos del amante, pidiéndole a Baxter que de su mejor jugada. Porque cuando decidimos salir de aquel lugar que creímos que era nuestro destino, logramos entrar recién al mundo de las opciones.
Oh! querido Baxter y Fran, hoy me uno a su equipo, tomo el mazo en mis manos, para comenzar a repartir las cartas. Ya veremos lo que sucede.

  • Título original: The Apartment
  •   Año: 1960
  •   Duración: 125 min.
  •   País: Estados Unidos Estados Unidos
  •   Director: Billy Wilder
  •   Guion: Billy Wilder, I.A.L. Diamond
  •   Música: Adolph Deutsch
  •   Fotografía: Joseph LaShelle (B&W)
  •   Reparto: Jack Lemmon, Shirley MacLaine,  Fred MacMurray,  Ray Walston,  Edie Adams, Jack Kruschen,  Joan Shawlee,  Hope Holiday,  David Lewis,  Naomi Stevens, Johnny Seven,  Joyce Jameson,  Willard Waterman,  David White
  •  Productora: United Artists / The Mirisch Corporation
  •   Género: Comedia. Romance. Drama | Comedia dramática
  • Sinopsis: C.C. Baxter (Jack Lemmon) es un modesto pero ambicioso empleado de una compañía de seguros de Manhattan. Está soltero y vive solo en un discreto apartamento que presta ocasionalmente a sus superiores para sus citas amorosas. Tiene la esperanza de que estos favores le sirvan para mejorar su posición en la empresa. Pero la situación cambia cuando se enamora de una ascensorista (Shirley MacLaine) que resulta ser la amante de uno de los jefes que usan su apartamento (Fred MacMurray). (FILMAFFINITY)